Seguro que te suena eso del feng Shui, pero no sabes qué es realmente, para qué sirve y cómo se aplica.
Para empezar, te diré que el Feng Shui te puede ayudar a armonizar tu entorno y atraer la energía positiva a tu vida, favorecer la salud, las buenas relaciones familiares, atraer el dinero, la inspiración y el bienestar a tu hogar o a tu lugar de trabajo.
¿Qué es el feng shui?
El Feng Shui (风水 pronunciado «fung shuey») literalmente significa «viento y agua» en chino.
Es una antigua filosofía china de más de 3.500 años, que busca el equilibrio y la armonía entre las personas y su entorno a través de la distribución y orientación de los espacios.
Una de las ideas fundamentales del Feng Shui es que todo en el universo está interconectado por un flujo invisible de energía, conocido como «qi» en chino. Este qi puede ser influenciado por la forma, la disposición y los materiales de los objetos que nos rodean, y puede afectar a nuestro bienestar físico, mental y emocional.
Al armonizar nuestro entorno, podemos mejorar nuestro bienestar físico, mental y emocional.
Feng Shui tiene sus raíces en la observación cuidadosa de los cambios que se producían en el clima, los astros, la naturaleza y su flujo de energía, para entender cómo estos afectaban a la energía vital o qi de las personas.
A medida que el arte de contemplación del universo evolucionó en China, los antiguos sabios chinos notaron que ciertos lugares tenían una energía particularmente armoniosa, mientras que otros parecían desequilibrados o discordantes y llegaron a identificar el comportamiento de las energías que los rodeaban y como éstas influían en ellos, logrando determinar cuáles eran las ubicaciones más favorables para construir los asentamientos y las casas.
A partir de estas observaciones, desarrollaron principios y técnicas para optimizar el flujo de energía en el entorno construido.
El origen del Feng Shui
No está muy claro los orígenes e historia del Feng Shui. Existe cierto debate sobre esto. Lo que sí está claro es que es una disciplina practicada desde la antigüedad y que el I-Ching tiene mucho que ver.
El I-Ching, conocido en Occidente como “Libro de las mutaciones o de los cambios”, es uno de los textos más importantes de la filosofía china. Explica las reglas del cambio en el Cosmos (el orden en las cosas) y el equilibrio en la naturaleza y fue el origen de las matemáticas, la astronomía, la medicina, la ciencia en la antigua China.
En el Imperio Chino, el Feng Shui era considerada un asunto de Estado y solo las construcciones imperiales y de algunos nobles tenían acceso a ella. Se la conocía como «Aplicaciones de emperadores». Incluso se aplicaba a la ubicación y orientación de las tumbas (vivienda de los muertos).
Un emperador, hace unos 2.000 años, para que los pueblos no invadiesen China (que tenía un clima más suave y una tierra más fértil), mandó difundir lo más significativo de esta disciplina para que sus gentes tuvieran una vida mejor. Con el paso del tiempo el pueblo comprobó los efectos positivos del Feng Shui y su aplicación se extendió.
Sin embargos, los centros de difusión del Feng Shui no se encuentran en China, sino en Hong Kong, Taiwán y Malasia. Esto es porque a principios del s. XX con la instauración de la República China, el Feng Shui, junto con otras prácticas tradicionales de la cultura china, fue prácticamente prohibido. Peeeeero, recientemente, a partir de la última década del s. XX la práctica y enseñanza del Feng Shui se ha extendido por todo el mundo, y cada vez tiene más adeptos.
Vale, todo este rollete está muy bien, pero….
¿Para qué sirve el Feng Shui?
El objetivo del Feng Shui es crear espacios armoniosos a través de la distribución, la decoración y la orientación de los objetos, los muebles y los colores, para promover el flujo armonioso del chi, eliminando los bloqueos y potenciando los aspectos positivos de cada espacio.
Para crear entornos que nos favorezcan en diferentes aspectos de nuestra vida, como la salud, la prosperidad, las relaciones y la felicidad.
Según la filosofía oriental, cada individuo está sujeto a la influencia de tres fuerzas principales que determinan su camino en la vida: la suerte del cielo, la suerte de la tierra y la suerte del hombre. Son las Tres Fuerzas del Destino: Tiempo, Espacio y Acción.
- La Fuerza del Tiempo (Suerte del Cielo):
Representada por el momento de nacimiento y la astrología, esta fuerza determina las características innatas y el potencial de un individuo. Es la base sobre la cual se construye su destino. - La Fuerza del Espacio (Suerte de la Tierra):
Engloba el lugar de nacimiento y el entorno en el que vive la persona. Esta fuerza incluye las energías del lugar, la influencia del paisaje y las interacciones con el entorno. El espacio que nos rodea y los objetos que en él se encuentran influyen en nosotros y en nuestras vidas. La fuerza del espacio es la que el feng shui se encarga de armonizar. - La Fuerza de la Acción (Suerte del Hombre):
Esta fuerza reside en las decisiones, acciones y voluntad del individuo. Es el poder que tiene cada persona para moldear su propio destino a través de su esfuerzo y determinación.
¿Cómo puedes aplicar el Feng Shui en tu casa?
Esto tiene miga, porque hay varias escuelas ya cada una tiene sus directrices. Están las clásicas, que se consideran las “originales” y otras más contemporáneas. Algunas son complementarias de otras. Y otras se contradicen entre sí…
¿Cómooooo? Sí, sí es un lío. Lo digo por experiencia propia. Yo también me hice taco.
Eso sí, hay una serie de directrices comunes a todas e inpepinables a la hora de aplicar feng shui.
Si quieres empezar a crear un espacio más armonioso y lleno de energía positiva a tus espacios puedes empieza por aquí:
ANTES DE PONERTE MANOS A LA OBRA :
Antes de empezar valora cómo te encuentras en tu casa o en tu espacio de trabajo:
¿Tu casa en un oasis de paz y tranquilidad o es un campo de batalla? ¿descansas bien? ¿estás a gusto en todas las habitaciones o no? ¿Hay algún objeto que te genere melancolía, tristeza, miedo o algún otro sentimiento negativo?
Esto te dirá por dónde tienes que empezar a actuar.
Y AHORA VAMOS A VER SÓMO PUEDES FAVORECER LA ENERGÍA POSITIVA DE TU CASA :
Primero y supermegaimportante: El orden y la limpieza
Son esenciales para mantener un buen flujo de chi en un espacio. El desorden y la acumulación de objetos pueden crear bloqueos energéticos y afectar negativamente a tu bienestar.
Esto es de cajón. A todos nos gustan los espacios ordenados, limpios y que huelan bien. De hecho, está demostrado que trabajar en un espacio limpio y ordenado aumenta la concentración y la productividad.
Es cierto que hay personas que pueden vivir con cierto nivel de desorden y que no le dan tanta “importancia” a la limpieza (yo no soy una de esas)… pero ¿a que si esas personas van a un restaurante o a un hotel no consentirían que estuviese descuidado o sucio?
Pues eso.
Pasos a seguir:
- Deshazte de todo aquello que no necesitas o no usas: Si eres como yo y no te gusta tirar a la ligera dónalo o véndelo. Si es un regalo, al que le tienes mucho cariño por quién te lo regaló y te da pena deshacerte de él, puedes concederte alguna licencia, aunque también puede ser una gran ocasión para practicar el desapego 😉
- Arregla o tira todo que esté roto. Esto incluye ropa con agujeros polilleros y vajilla desportillada. Lo relojes siempre funcionando, si no ya sabes.
- Mantén tu espacio limpio y organizado. Dicen que no es más limpio el que más limpia sino el que menos ensucia. Si dejas cada cosa en su sitio según la uses y cada día limpias y ordenas un poco no se te acumulará y no se te hará tan cuesta arriba que si lo tienes que hacer de una atacá. Por experiencia sé que a veces la pereza nos invade y cuesta un montón y que se la cosa se complica si tienes hijos, mascotas o seres desordenados viviendo en casa.
- Utiliza organizadores y cajas para almacenar: Esto te ayudará a mantener el orden y evitar la acumulación de objetos. También es muy importante el orden «donde no se ve», esto es, dentro de cajones y armarios.
Segundo: Las áreas más importantes
Las áreas a las que tienes que prestarles más atención son la puerta principal (es por dónde entra la energía), salón (dónde más tiempo pasas), dormitorio (dónde te recargas), cocina (dónde te alimentas) y baño/s.
Así es que si no sabes por dónde empezar a limpiar y ordenar empieza por estas zonas. Y de estas, si hay alguna en la que no te sientas especialmente bien priorízala por encima de las demás.
Tercero: Distribución de los espacios
El recibidor
Como su nombre indica es lo primero que ves cuando entras en casa. ¿Qué sensación tienes cuando entras en casa? ¿Dirías que tu casa te recibe bien?
Debe estar despejado, ordenado e iluminado, ya sea con luz natural o artificial.
Tip extra: nunca coloques un espejo frente a la puerta principal.
Sala de estar
Debe estar cerca de la entrada. Debe tener luz natural y buena ventilación. Los sofás mejor en forma de L y apoyados en la pared y no enfrentados.
Dormitorio
La puerta de la habitación no ha de estar enfrentada a la de un baño. Si hay una puerta que comunica con el baño mantenerla siempre cerrada.
La pared del cabecero debe ser la más alejada de la puerta. No ha de ser contigua a la de un baño. Mejor si en esa pared no hay ninguna ventana. Siempre tener un cabecero, idealmente de madera o forrado con tela.
Desde la cama se ha de ver la puerta, pero no debe estar justo enfrente de la puerta.
Baño
El baño no debe estar en centro de la casa. La puerta de entrada al baño no debe de estar justo enfrente de la puerta principal de la vivienda, tampoco enfrentada a la puerta de la cocina, ni a la de un dormitorio.
Mantener siempre la puerta del baño cerrada, la tapa del inodoro e idealmente los desagües.
Se recomienda utilizar elementos de madera, colores verdes y tierra y para contrarrestar la energía descendente de los desagües poner plantas de crecimiento vertical (bambú, photo…).
Cocina
Tampoco debe estar en el centro de la casa. Debe estar cerca de la puerta de entrada pero que no se vea desde esta. La puerta no debe estar justo en frente de la puerta de entrada, ni enfrentada a un baño.
Los fogones no deben estar enfrente de la puerta de la cocina. La zona de aguas debe estar separada de la de fuegos, y nunca enfrentadas.
Mejor las cocinas cerradas, las cocinas de concepto abierto no les congratulan porque la energía de la cocina es diferente a la de otros espacios.
El centro
Debe ser un espacio despejado e iluminado. No debe estar la cocina, un baño o una habitación.
Cuarto: El poder de los muebles y objetos decorativos
Para que el qi fluya no han de haber obstáculos, así es que no bloquees puertas o ventanas con los muebles. Debes poder pasar con fluidez por toda la casa y por dentro de cada una de las habitaciones. Eso también incluye trasteros, garajes, despensas, terrazas y balcones.
Usa muebles y objetos con formas armoniosas, evita esquinas afiladas y elementos puntiagudos. No abuses de muebles de metal y cristal, opta mejor por la madera o las fibras naturales.
No se recomiendan cuadros de objetos muertos, ni de animales agresivos o escenas violentas o que a ti te produzcan sentimientos negativos. Tampoco plantas secas o enfermas o cactus con espinas (mejor en el exterior).
Las fotos de familiares mejor en un álbum, sobre todo si son de fallecidos, y nada de tener las cenizas en casa. Si son de una mascota tampoco.
Y nada de objetos rotos, estropeados o en mal estado. Y lo relojes siempre funcionando.
Y hasta aquí las recomendaciones básicas.
Hay mucho más, pero si quieres empezar a armonizar tu casa ya tienes faena.
Al aplicar los principios básicos del feng shui, puedes mejorar tu salud, tu prosperidad, tus relaciones y tu felicidad en general.
El Feng Shui es una herramienta poderosa que puede ayudarte a mejorar tu vida en todos los aspectos. Experimenta, explora y descubre lo que funciona mejor para ti y tus espacios.